¡Ay, gálatas, qué tontos son ustedes! ¡Hasta parece que estuvieran embrujados! Yo mismo les di una explicación clara de cómo murió Jesucristo en la cruz. 2 Sólo quiero que me digan una cosa: Cuando recibieron el Espíritu de Dios ¿fue por obedecer la ley, o por aceptar la buena noticia? ¡Claro que fue por aceptar la buena noticia! 3 Y si esto fue así, ¿por qué no quieren entender? Si para comenzar esta nueva vida necesitaron la ayuda del Espíritu de Dios, ¿por qué ahora quieren terminarla mediante sus propios esfuerzos?
Galatas 3:1-3
¿Eres más santo o eres más perfecto?
La gracia santificante es el motor para buscar a Dios para evadir el comportamiento equivocado. Es lo que te hace ser mejor persona, indigno de servir en la casa de Dios. Un Isaías que no podía hablar, un Pablo arrepentido de su pasado, un Pedro deprimido por negar a Jesús, un David arrepentido por fallarle a Dios. Porque la gracia santificante te hace sentir esa esperanza; te abre lo ojos a lo espiritual cuando recibes a Dios. Somos los mefiboset del nuevo testamento.
Entonces, ¿por qué descalificar personas? ¿Por qué tomar el lugar de Dios para descalificar a quiénes Él está llamando?
Y entiendo, Dios juzgará nuestras acciones. Daremos cuenta de nuestros frutos y de cómo invertimos nuestra vida. Personalmente, hubo un momento en donde me aferré a descalificar, a sentirme superior a los demás, tanto que mi propia “santificación” llegó a ser mi mayor pecado. Veía la paja en los ojos de los demás y no me daba cuenta de la viga que había en mi ojo.
Atrévete a ver con ojos diferentes, a sentir lo que Jesús siente. Atrévete a poder ser las manos de Dios en la Tierra y a que su reino venga. No juzgues a alguien que peca diferente a ti.
Emmanuel Chavarria
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